de padres muy ingleses,
pero fuimos al Uruguay
al cabo de pocos meses.
El hijo de emigrantes
vive en campos muy fecundos,
porque oye y aprende
lo mejor de ambos mundos.
Veinte años pasaron
en la capital uruguaya,
inviernos en la escuela
y veranos en la playa.
En las calles de mi pueblo
casi nunca hablaba inglés
y en casa con familia
al contrario, al revés.
Mi carrera publicitaria
me arrancó de mis raíces,
y salí a recorrer
todo un mundo de países.
Cinco años en España:
instrucción fundamental,
que mejor se entiende el río
conociendo al manantial.
Ahora aquí en Tejas
con gentiles anfitriones,
llevo muchos buenos años
haciendo traducciones.
Fue la suerte de mi vida
ser bilingüe natural,
y porende, por supuesto,
peregrino cultural.
Tuve muchas ambiciones:
astronauta; escritor;
pero ahora que lo pienso
siempre he sido traductor.